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lunes, 1 de julio de 2013

Designación diplomática cuestionable

Artículo de Opinión

 

Por: Rolando Fernández


Como una granada fragmentaria de alta peligrosidad, ha caído en el país la designación del señor James “Wally” Brewster, en el cargo de nuevo embajador de los Estados Unidos en la República Dominicana, alguien que se le reconoce como homosexual, y activista de los derechos gay, según las publicaciones que aparecen con respecto a él.

Son muchos los sectores nacionales que se han pronunciado en contra de tal decisión norteamericana, de manera muy vehemente, encabezados por los más altos dignatarios de la Iglesia Católica local, que la han considerado incluso, como una falta de respeto al país, ya que es la primera vez que se nombra a una persona con tales características en un cargo de esa naturaleza,  inclinada de manera abierta por ese tipo de preferencia sexual, al menos conocida a ese nivel.  

En tal sentido, y siguiéndoles los pasos al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien también se ha referido al tema de forma reprochable, monseñor Pablo Cedano, obispo auxiliar de Santo Domingo, expresó que, “Yo tengo la esperanza de que no llegue, porque yo sé que si llega ha de sufrir mucho y tendrá que irse”.

Refiriéndose directamente a la designación, el prelado, o religioso católico, señaló además, “Si para ellos es legal para nosotros no es legal, así que lo lamento mucho por ese país y esa persona que no será aceptado por la mayoría del pueblo dominicano”. (Véase para ambas citas, periódico “HOY”, del 27-6-13, página 12ª).

En adición a los pareceres externados por autoridades de la Iglesia Católica aquí, es una percepción casi generalizada que dicho nombramiento puede estar relacionado con la apertura que ha habido en el aquel país del Norte, respecto de los derechos que se entiende tienen los homosexuales norteamericanos; y que, según el parecer de sus más altas instancias, les tienen que ser reconocidos y respetados, al tiempo de que deben ser  promovidas  iguales concepciones a nivel del exterior, en términos de la aceptación de sus actos públicos.

Así quedó evidenciado en parte, con el fallo histórico emitido por el Tribunal  Supremo de aquella nación, en que fuera aprobado el matrimonio entre homosexuales, decisión que saludaran con gran júbilo muchas figuras públicas identificadas con esas preferencias, entre las que se encuentran algunas muy connotadas. Es obvio que, lograron la aquiescencia judicial, a sus propósitos de uniones legales entre personas del mismo sexo.

“Corte Suprema de EEUU falla a favor de los matrimonios gay”, decisión que recibió el beneplácito de las más altas autoridades estadounidenses, según los reportes que aparecen en la red  Internet.

 

Entonces, resulta muy lógico y preocupante entender que, con tantos homosexuales que hay en este país, dentro y fuera de closet, como se dice, en todos los ámbitos sociales nuestros, como la promoción e inducción sostenidas que se llevan a cabo a través de los medios televisivos locales, y considerándose esta nación “el patio de los Estados Unidos”, ahorita  se comenzará a inventar  aquí,  tratando de emular las actitudes norteamericanas en tal sentido


¡Como aquí copiamos tanto!, claro, las cosas malas de otros, aunque sea sólo para congraciarnos con los poderosos del mundo, no resultará extraño el que se comience a promover, a través de determinadas instituciones nuestras, hasta llegar al Congreso Nacional, la aprobación de una legislación que también favorezca  el matrimonio entre personas de un mismo sexo, las uniones oficiales entre homosexuales.

Es lo que  nos faltaba; así acabaríamos de completar el cuadro degenerativo en que actualmente se enmarca la sociedad dominicana, ¡legalización de los matrimonios entre los pájaros, y las lesbianas, por supuesto!, entre otras cosas.

Precisamente, ayer se dejaron sentir expresiones de reclamos en tal sentido, cuando se llevó a efecto la séptima versión de la Caravana del Orgullo LGBT 2013, de acuerdo con una publicación aparecida en el medio “Diario Libre”, edición del 1-7-13, “La comunidad gay reclama respeto a sus derechos”.

Es entendible que, por ahí más que todo, es por donde anda la gran preocupación, y el motivo de los reproches externados sobre el particular, de parte de algunas de las autoridades eclesiásticas nuestras, de esas que siempre se pronuncian con oportunidad, como de los segmentos nacionales que aún permanecen adheridos a los cánones morales, con los que nacieron, crecieron y han vivido siempre, al igual que a los principios prescritos por la Madre Naturaleza, dentro de los cuales se estipula: “hombre para mujer, y mujer para hombre”. Lo demás es aberración, cabría agregarse.

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