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sábado, 13 de julio de 2013

Crítica: ‘Niños grandes 2′

Por: Julio Vallejo


‘Niños grandes 2′ no engaña a nadie. Ofrece exactamente lo mismo que su precedente: humor burdo y simplón para toda la familia. Los cómicos habituales de la productora Happy Gilmore se han vuelto a reunir para dar vida a ese puñado de cuarentones que fueron amigos en la niñez y se siguen comportando como menores de edad, aunque la mayoría sean padres de familia.
En esta ocasión, el grupo, a excepción del personaje encarnado por el estomagante Rob Schneider, se reúne el último día de escuela antes de las vacaciones estivales de sus queridos retoños. Será entonces cuando los miembros de la pandilla recuerden sus años mozos y decidan comportarse como adolescentes. Para rememorar los viejos tiempos, organizarán una fiesta en homenaje a los ochenta.
Con este sencillo argumento , Dennis Dugan, el director favorito de Adam Sandler y responsable de la primera parte de esta particular franquicia, ofrece una sucesión de sketches muy simplones donde el grupito de maduritos, sus esposas y su progenie se dedican a hacer el tonto. Humor escatológico, referencias sexuales y estulticia se dan la mano en esta oda a la memez.
SandlerChris RockDavid Spade y Kevin James vuelven a repetir sus mohines habituales en una comedia sin ritmo y solo apta para paladares poco exigentes.
‘Niños grandes 2′ tampoco acierta al mostrarnos el peterpanismo de muchos adultos en los países desarrollados. Se limita a enseñarnos a unos padres haciendo el idiota sin más. Le falta el tono reflexivo de las películas dirigidas por Judd Apatow o el aire decididamente gamberro que imprimía Seth MacFarlane a la divertida ‘Ted’. 
Por si fuera poco, como parte del rancio tono general, el filme lanza un mensaje algo sexista de las mujeres, que se reducen a ser objetos sexuales o abnegadas madres.

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