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jueves, 27 de junio de 2013

Nuestra juventud no está en eso, ¡lamentablemente!

Artículo de Opinión

 

Por: Rolando Fernández


¡Está en reggaeton, bachata, drogas, romo, y política lucrativa! Es una lástima que a partir de la desaparición física de las tres “J”, letra inicial de los nombres de verdaderos íconos de la política nacional (Juan,  Joaquín,  y José), líderes en verdad, y formadores  los dos primeros, de los tres  partidos mayoritarios del ruedo nuestro en ese orden (PRD, PLD y PRSC), no haya surgido en el país nadie con capacidad de sustituirles, y sobre todo emularles a plenitud.

Y, no es que no lo haya, sino que los actores principales que rigen dentro del sistema diseñado para el ejercicio político nacional, en que prevalecen la demagogia, la desaprensión y la corruptela, se han encargado de opacar, de irle apagando las luces, a los pocos que se vislumbran en tal sentido.

Logran llevarles, al terreno que los mandantes recurrentes quieren, alienándoles, e induciéndoles a la adopción de actitudes que distan bastante de los principios y comportamientos que observaron aquellos connotados líderes y mentores indiscutibles, para poder proseguir en sus andanzas seudos reivindicativas y patrióticas, sólo procurando lucros grupales y personales.

Luego, y en adición, el grueso de la juventud en este país, lo que menos está es en tratar de identificar a personas de las nuevas generaciones con características y condiciones reales de liderazgo, para procurar catapultarles, en pos de desplazar a toda esta laya politiquera que ha venido destruyendo paulatinamente la nación, como entregándola a intereses extranjeros.

Es por la indiferencia juvenil actual, con un alto grado de inducción adrede, que a estas alturas todas esas “rancias” figuras de la política nacional siguen teniendo vigencia como en el ayer; haciendo amarres tras amarres, y concertando acuerdos de aposentos; hablándole mentiras al pueblo, para tratar de continuar embaucándole, en pos de ganar sus votos, como de preservar intereses personales y sectoriales, nada más.

En ese tenor, dos muestras muy significativas se tienen para reflexionar sobre las mismas:

A) Según publica el medio “Diario Libre”, en su edición de fecha 26-6-13, como información de primera página, “El CP del PLD: un exclusivo organismo de 27 millonarios”, con su respectiva reseña obvia. Agregaríamos nosotros que, ya no se tiene aquella necesidad de otrora - pedir en las esquinas concurridas por personas, pequeños aportes a la ciudadanía, en latitas con la identificación del partido morado, muy recordables por cierto -.

B) La dramática situación caótica  en que se encuentra el PRD, producto del pugilato que sostienen dos seudos dirigentes por la dirección general del mismo, ¡que no tienen necesidad de estar haciendo política!, y que por sus edades cronológicas, cualquiera se preguntaría, ¿qué tanto puede interesarles el país a ambos en realidad?

Hasta que los hombres jóvenes más connotados dentro de esos partidos mayoritarios, y de algunos pequeños que se las traen también, aptos por supuesto, no se inclinen por jugar el papel que social y políticamente les corresponde, esta República jamás logrará salir a camino. 

Nunca, mientras la misma se encuentre en manos de todos estos viejos que gravitan en el ruedo, osados politiqueros en su gran mayoría, corruptos y antinacionalistas, acompañados de gente de menor edad que se ha dejado alienar, tras “la ración del boa”, como se dice, haciendo de la actividad partidarista una inversión bastante lucrativa.

Si ese amplio segmento de la sociedad nacional no se adhiere al pensamiento duartiano, en el sentido de que: "Mientras no se castigue a los traidores como se debe; los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”, estaremos perdidos. Está más que claro que, ¡nada se puede esperar!

Además,  sin que se procure llevar hasta la dirección del país, en todas sus instancias, a hombres dignos y capaces, probados, conscientes de su deber, en términos de  conducir este “barco a la deriva, aunque lo pinten de otra manera”, muy pocas serían las esperanzas que tienen los nacionales de la República, como los extranjeros residentes en la misma, de sobrevivir al caos económico previsible, como a las injusticias de toda índole que se verifican; a las desaprensiones descaradas de los políticos acuñados a lo moderno; como, al afianzamiento del ambiente de inseguridad ciudadana en que se vive, entre otros flagelos de consideración.

¡Aquí se necesita de valores jóvenes pujantes, indiscutiblemente, para promover el rescate de la República! A los alienados y transculturizados que se inclinen por las actividades que introducen este trabajo, dejarlos de lado, con sus preferencias, vicios y “cherchas”.

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