Artículo de Opinión
Por: Rolando Fernández
Awilda, usted debe seguir
escribiendo sobre la temática del uso inapropiado de las redes sociales, como
también deberían hacerlo todas aquellas personas conscientes de esa deleznable
situación, que lamentablemente, se viene verificando a nivel de las mismas.
¡Sí!, medios de comunicación a
través de los cuales, tantos buenos beneficios se pueden aportar en favor de la
sociedad mundial, cuando su utilización se haga con loables propósitos, no para
estar publicando muchas cosas de que esas a las que usted se refiere en parte,
amén de los innúmeros disparates, sandeces, cosas insulsas, sin ningún sentido, que sólo están allí ocupando
esos “espacios comunitarios virtuales”, desperdiciados, que otros bien podrían
aprovechar para mejores fines.
Lastimosamente, esas son de
las malas consecuencias que se derivan del uso de la tecnología de punta mal
asimilada, cuando por simples negocios, o intereses particulares distintos, se
pone a disposición de conglomerados sociales inconscientes de los deberes y
principios personales de orden, a observar respecto de la misma, sin reparar en
los efectos dañosos previsibles.
Claro, como es de alto sabido,
no todo cuanto ocurre siempre es malo
por completo, ya que algo bueno por lo
regular trae también consigo. El
cuestionable proceder de muchos usuarios de las redes sociales ha puesto en
evidencia clara, el significativo grado de degeneración e incapacidad pensante
juvenil presente, mayormente, no sólo a nivel de la sociedad local nuestra, sino
además, de muchas otra latitudes mundiales.
Y, por consiguiente, hay que
ir pensando en cambiar algunos de los deleznables paradigmas actuales, en pos
de procurar enmendar los tantos pensares y procederes inapropiados que hoy
viene ostentando el eventual relevo generacional que se desarrolla en la
actualidad, reflexionándose siempre, en los inciertos tiempos futuros
previsibles que los mismos podrían provocar.
De igual forma, los ideólogos
y creadores de las redes sociales tienen que ir pensando en la introducción de
algún tipo de mecanismo, o política apropiada, para depurar, filtrar se podría
decir, algunas de las incursiones en esos espacios para publicaciones no
apropiadas en grado extremo, de esas insultantes o disparatadas que allí se incluyen, de forma tal, que la gente
pensante, no siga desinteresándose por visitar las mismas, como de hecho es
posible que ya haya comenzado a ocurrir, para no tener que estar leyendo
mensajes impropios, sandeces, cosas sin sentido alguno, etc., que obviamente, a
nadie interesan. Incluso, hay quienes llegan hasta usar en ocasiones, términos
muy amorales.
A esas redes sociales se les
debe dar otro uso más fructífero generalizado, y es posible la exigibilidad en
tal sentido. Evidentemente, hay que seguir escribiendo e insistiendo sobre el
particular.
¡Felicitaciones!, Awilda Gómez,
por su preocupación y disposición a la vez, sobre un tema considerado de mucha
importancia para todos. Esperamos que
otros se inclinen por emularle.
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